De las cosas buenas siempre te
vas alegrar, sin embargo los sucesos que no suelen salir bien son las que te
llevan a la nube de la sabiduría, saber que suelo pisar, uno firme para que te
lleve a un éxito rotundo. Subes las
escaleras enormes y sientes que son eternas; una te lleva a otra, a veces las
malas rachas son así; una detrás de otra, sin embargo cuando terminas subiendo
estas interminables escaleras, te
detienes y miras atrás y estás orgulloso de todo lo que hiciste, aunque estés
muy cansado y te provoca ir por el ascensor. Cuando subes por escaleras quieres
seguir en tu lugar y haces lo imposible para no volver al principio, a cambio
si usas el ascensor no valoras lo que hiciste, ni lo que tienes. La lucha está
en el poco a poco llegar a ese lugar que quieres alcanzar, las cosas muy buenas
nunca suceden solas, las casas no se construyen por sí mismas, todo necesita de
un principio, un desarrollo y un final; hay que pasar por estar calles para
disfrutar de un excelente y merecido final.
¿Por qué llamarlos errores? si en verdad
son enseñanzas de vida.
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