El tiempo cambia y las personas van cambiando con él, todo
se vuelve distinto aunque no te des cuenta;
la manera de pensar de cada quien, la manera de hablar y hasta la manera
de querer. Un amor puede volverse desprecio, un odio puede volverse obsesión. Cuando
llego un día que yo odie a la persona que siempre quise me di cuenta que esto
es realidad. El afecto es como un adorno
caro y antiguo si se cae ya no hay manera de recoger los pedazos y pegarlos
todos, sin embargo si por casualidad se llegan a pegar, ya no vendría hacer lo
mismo; los pedazos se caerán y se perderán y por ende se volverá más delicado.
Cuando estés con una persona a la que quieres antes de confiar y entregar todo lo que tengas, mirala bien, escúchala bien y date cuenta realmente lo que quiere contigo. No te ciegues, ni te dejes cegar, quítate esa venda inmediatamente antes que se caiga por sí sola, así es menos doloroso.
Es bueno soportar algunos golpes que te da la vida, así tu
aprendes a devolverlos.