La belleza tiene la fuerza como para mandar ante otra persona,
muchos la usan como arma para sobresalir, no solo para sobresalir en
la vida, si no también para sobresalir ante los demás, es como si alguien los
bañara de oro y caminaran en la calle sin mirar al piso y casi con la mirada al
cielo. La vanidad es una arma tan usada, tan gastada que se puede ver en
cualquier cara bonita. La belleza es algo que todos quieren, ¿Quién no quiere
caminar con la gente bella, ser uno de ellos, estar en ese mundo de frivolidades?
algo que también pasa es que hay quienes no saben distinguir la belleza, y se
confunden, y hay otros que exageran la belleza por no tener la propia. ¿Puede la belleza ser más trascendente que la
inteligencia? Al fin y al cabo la belleza es lo primero que se ve, lo primero que
se distingue inmediatamente.
Todos tenemos un poco de superficialidad, todos queremos ser
atractivos para alguien, que nos miren y nos desnuden con la mirada, que nos
quieran por nuestra belleza, por tener algo que los demás no tengan. Casi siempre
la belleza va de la mano con la vanidad y está realmente alejada de la humildad, esa
debe ser la verdadera belleza del ser humano.