Pasan los segundos como si fueran horas cuando estas solo,
cuando no te sientes acompañado. Es
bueno tener la soledad, cuando la quieras, pero cuando no, es insoportable; es
como un anillo que no te puedes quitar, y la
forma más desagradable de sufrir la soledad es cuando estés con la
multitud y sientas que estás solo. Vivir con la soledad el día a día, puede ser
algo fuerte, algo pesado que llevar sobre tus hombros, algo que no puedes
quitarte por más que quieras, ¿será
verdad eso que estar solo es mejor que estar mal acompañado? ¿Y a veces la mala
compañía no es mejor que la soledad? La soledad toca la puerta a muchos en
distintos momentos de la vida, y hay afortunados que finalmente esa soledad se
esfuma y detrás de esa puerta hay una persona esperando.
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