Muchos estamos acostumbrados a ver lo que todos ven, para que seamos aceptados por la
sociedad, que en esta vida todo se basa en eso, en quedarse en lugar común y
corriente ser parte de los que son “normales” para que no te etiqueten como “anormal”
¿pero, en realidad es tan malo ser parte de los que llaman: “anormales”? Seria la vida tan desabrida sin los variantes
sabores que te da cada personalidad. Aquellos que no se ven como otros y los
que son como otros. Lo difícil no es ser diferente lo difícil es ser aceptado,
hoy en día las mentes y las bocas no están conectadas; la mente piensa en algo
pero la boca no la dice. La honestidad se ha ido y hace tiempo que nadie la ha
visto por aquí, a casi nadie visita, y por esto todos estamos en el mismo nido de la
mentira. Nadie es igual a otro pero todos tenemos por lo menos un porcentaje de
mentirosos, por aquello de que más vale “mentira piadosa, que verdad desgarradora” fin.
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